miércoles, 10 de enero de 2018

Ginecologia y Obstetricia, Parto extra hospitalario

Actuación in situ
Siempre que sea posible trasladaremos a la gestante a un centro hospitalario para que se produzca allí el nacimiento, pero si no da tiempo, procederemos a atenderla de la siguiente forma.

Al desconocer el entorno en el que se va a desarrollar el parto extrahospitalario, intentaremos siempre colocar a la gestante en un lugar lo más seguro, cálido y cómodo posible, arropada con mantas y si es posible en cama o con cojines y almohadas.
Procurar preservar la intimidad de la embarazada en todo momento, respetando en la medida de lo posible que adopte la posición que le sea más cómoda para afrontar el parto. Dependiendo del medio en el que se desenvuelva el parto, le sugeriremos a la gestante que adopte las posiciones de semifowler o litotomía.

A. Material.
En una situación extrahospitalaria en la que carecemos de instrumental específico, sería conveniente conseguir toallas o similar para secar, limpiar y cubrir al recién nacido y, por otro lado, mantas o similar para abrigar a la puérpera.
En el caso de que estemos en un ambulatorio, centro sanitario o ambulancia, el material básico, si pudiéramos disponer de él, sería:
- Dos pinzas de Kocher estériles (para pinzar el cordón umbilical).
- Una tijera estéril (para cortar el cordón umbilical).
- Pinzas umbilicales.
- Guantes y paños estériles.
- Gasas y compresas estériles.
- Sondas de aspiración neonatal: nº 8 y 10 (si necesitara aspiración).
- Equipo de venoclisis.

Descripción de la técnica por pasos:
- Apoyar y ayudar psicológicamente a la gestante y a su acompañante.
- Recopilar datos imprescindibles de la historia obstétrica (partos anteriores, presentación, patologías, edad de gestación, etc.).
- Procurar un ambiente limpio, seguro e íntimo.
- Anticiparse preparando el material obstétrico mínimo necesario para la atención al parto y al recién nacido.
- Facilitar una posición cómoda para la gestante de cara a la atención al parto. Si no es posible, favorecer las posiciones de semiflower o la de litotomía.
- Usar guantes limpios (si es posible estériles) como medidas de seguridad universales.
- Retirar la ropa de la zona genital.
- A medida que se divisa la calota fetal a través de la zona perineal o vulvar, favorecer el pujo espontáneo al ritmo de las contracciones maternas.
- Tras la salida de toda la calota fetal, frente, nariz, boca y barbilla, limpiar las secreciones con una compresa estéril, favoreciendo la salida de líquido amniótico pulmonar.



















- Valorar la presencia de circular de cordón (por visión directa o tocando el cordón con el dedo en el cuello del bebé). Si presenta la circular, se libera pasando el cordón por delante de la cabeza; si no es posible liberarla, pinzar con dos pinzas de Kocher o dos pinzas de cordón y cortarla con tijeras (preferiblemente estéril).
- Esperamos que rote la cabeza fetal hacia un lado u otro con la siguiente contracción.
- A medida que avanza la cabeza del recién nacido, se sujeta suavemente con ambas manos como se ve en el dibujo abajo indicado, y se tracciona hacia abajo, permitiendo la salida del hombro por encima del pubis y después en sentido hacia arriba para facilitar la salida del hombro posterior y el resto del cuerpo.

- Tras salir el recién nacido, se debe colocar piel con piel con la madre si es posible, primando la seguridad de ambos y evitando en todo momento la perdida de calor.
- ¿Cómo evitar esa pérdida de calor?: secar completamente al recién nacido, tapándolo con manta térmica o toalla; se debe cambiar frecuentemente las toallas si estas se humedecen. Si disponemos de gorrito o similar, se debe colocar para cubrir la cabeza del R.N. Evitar corrientes de aire
procurando en todo momento el contacto piel con piel con la madre (la mejor cuna térmica).

Realizamos el test de Virginia Apgar (Test de Apgar) al recién nacido en el primer minuto de vida. Si es menor de 8, se debe estimular al bebé secándole con vigorosidad el cuerpo, y dándole pequeños golpes en las plantas de los pies de forma suave.
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- Si no disponemos de material estéril, NO CORTAR el cordón (excepto, en caso de vuelta de cordón apretada). Si disponemos de pinza de cordón estéril, podemos clampar el cordón aunque no lo cortemos.
- Si decidimos cortar el cordón, debemos pinzar con dos pinzas de Kocher estériles o dos pinzas de cordón umbilicales estériles, en dos puntos y cortamos entre ellos. La pinza cercana al ombligo de recién nacido no debe colocarse a menos de 4-5 cm de distancia de dicho ombligo (aproximadamente
4 dedos).


Si el alumbramiento transcurre de forma espontánea, se debe asistir de la siguiente forma: dejar salir la placenta a través de la vulva sin efectuar maniobras bruscas de tracción, sujetando la placenta con una compresa estéril y con movimientos circulares sobre sí misma y de tracción suave hacia el exterior sacamos la placenta.
- Si hemos cortado el cordón, introduciremos la placenta en una bolsa para su posterior revisado por profesionales especialistas obstétrico-ginecológicos (matronas, ginecólogos) y si no se corta, colocar (envuelta en una toalla, compresa o en una bolsa) en la zona axilar materna manteniendo a la mujer en posición supina.
- Tras el alumbramiento, valorar constantes, sangrado, contracción uterina y altura uterina (debe ser dos dedos por debajo del ombligo). Valorar cada 15 minutos.
- Si canalizamos vía periférica y se dispone de oxitocina, administramos IV la perfusión: 1 ampolla en 500 cc de suero ringer, fisiológico o glucosalino a 125 ml/h.
- Traslado al centro hospitalario más cercano de la gestante y del recién nacido, manteniendo el contacto piel con piel y evitando su separación.


Maniobras para la prevención de la Hemorragia Postparto Precoz (HPP):
- Masaje uterino vigoroso para favorecer la contracción uterina y la formación del “globo de seguridad”. Consideraremos el masaje uterino efectivo si conseguimos palpar el útero como “una bola de petanca”.
- Si disponemos de oxitocina: administrar una ampolla IM (10 u.i.) en el vasto externo de la madre a la salida del recién nacido (aunque pongamos la oxitocina IM, igualmente puede administrarse la perfusión de oxitocina descrita en el apartado anterior).
- Es aconsejable favorecer la micción espontánea o incluso, si es necesario, realizar sondaje vesical, si observamos hemorragia excesiva. El vaciado de la vejiga favorece la contracción uterina.
- Favorecer la lactancia materna del R.N. si lo desea la gestante (la succión del pezón materno por parte del recién nacido produce una liberación de oxitocina en la madre).

Precauciones y recomendaciones:
1. Hay que activar desde el principio los medios oportunos (ambulancia medicalizada a ser posible) para realizar el traslado al hospital.
2. Avisar al hospital durante el traslado si surgen complicaciones.
3. Es recomendable que la gestante-puérpera esté acompañada en todo momento por un familiar o persona de confianza.
4. Debemos prestar en todo momento apoyo emocional tanto a la mujer como a la familia.
5. Aunque la atención al parto no necesita el grado de esterilización utilizado normalmente en un quirófano (OMS 1996), se debe intentar conseguir que todo el material que utilicemos sea LIMPIO (mantas, toallas...).
6. Siempre que sea posible: administrar perfusión de oxitocina (como se indica anteriormente) después del alumbramiento.
7. No cortar el cordón si no tenemos tijeras o bisturí estériles (solo en caso de urgencia: si hay circular de cordón apretada que dificulte la extracción fetal).
8. Evitar la pérdida de calor del recién nacido como se ha indicado anteriormente.
9. Controlar las constantes, sangrado postparto y contracción uterina cada
15 minutos (durante al menos dos horas).

 Registros:
Siempre que tengamos los medios necesarios recogeremos la siguiente información:
1. Constantes vitales de la embarazada antes de parir, si se puede, y después del parto cada 15 minutos, valorando: - T/A, pulso y temperatura.
- Estado del útero (si está contraído o no).
- Sangrado: escaso (menor que una regla), moderado (como una regla) o abundante (más que regla).
Valoración del recién nacido mediante el test de Apgar.
Conservar la placenta para su inspección.
 Reevaluación periódica de estado maternal y del recién nacido.

martes, 9 de enero de 2018

Fisioterapia aplicada Termoterapia

Procedimientos Termoterápicos Por Conducción
Los procedimientos terapéuticos de termoterapia mediante medio conductivo requieren de la existencia de contacto entre los materiales a través de los cuales se va a producir la transferencia térmica, normalmente agente físico y superficie corporal del paciente (conducción térmica a través de la piel).



Baño de parafina
La parafina es una sustancia aislante que destaca por su capacidad de mantener el calor durante un tiempo prolongado y uniforme. Además, es posible reutilizarla (aunque clínicamente está contraindicado) y se aplica de forma sencilla. En los últimos años se ha comenzado a emplear en fusión con sustancias peloides como la turba, los fangos, etc., o con aceites minerales (Hüter-Becker, 2005). El procedimiento de aplicación comienza con el calentamiento de la parafina en agitadores de calefacción automática en torno a los 65 °C, para posteriormente mantenerse a una temperatura próxima a su punto de fusión, entre los 45 y los 54 °C, que es la temperatura de aplicación más habitual (Plaja, 2003).

La técnica de aplicación más común se denomina método de inmersión repetida, esto es, la zona corporal que debe tratarse (pies, manos, etc.) se sumerge de forma breve y esto se repite entre seis y 10 veces. De esta forma se van creando capas de parafina que se parecen a un guante o un calcetín. Una vez generada la envoltura de parafina, se debe proteger la región de aplicación mediante una bolsa de plástico y se tapa con una toalla. Esta aplicación se mantiene entre 15 y 20 minutos. Este procedimiento puede aplicarse diariamente o en días alternos en el caso de tratamientos de fisioterapia clásica como técnica preparatoria para posteriormente realizar una movilización articular, por ejemplo. En las aplicaciones de fisioterapia estética se emplea como «peeling cutáneo» y para mejorar la circulación periférica de regiones distales de las extremidades, como las manos.

Peloides
Desde 1949 se utiliza esta denominación para referirse a una mezcla heterogénea de sustancias hipertermales o hipertermalizadas, formada al menos por dos componentes: un sustrato sólido, como sedimentos, arcillas, limos, fangos, etc., y un componente líquido, frecuentemente agua mineromedicinal (San José, 2001; Mourelle et al, 2009). Se suelen preparar con arcillas y sedimentos que deben sufrir adecuados procesos de maduración, homogenización, amasamiento, etc., para que adquieran las condiciones físicas, químicas y biológicas necesarias.

La maduración, en el caso de los fangos y las turbas, suele realizarse en piscinas o grandes tanques, mientras que en el caso de limos, biogleas, sapropellis y gyttya se necesita un proceso de recolección, amasamiento y homogenización. Se necesitan también paños de lona o tela impermeabilizada de grosor variable (hasta 10 cm) según el efecto que se pretenda (cuanto más gruesa mejor mantenimiento del calor). Los peloides se aplican en forma de emplastos o envolturas que se colocan de manera local, regional o general (Pérez, 2005).
La técnica de tratamiento consiste en la aplicación tópica, general o local, de materiales peloides con fines terapéuticos. Para su uso en forma de emplasto, se aplica el peloide directamente en la zona que va a tratarse o previamente extendido sobre la lona o tela. Posteriormente se envuelve el cuerpo con una sábana impermeable y, o se cubre con una manta o se aplica calor. Se pueden aplicar también a modo de compresas envolviendo el peloide en una doble capa de material poroso biodegradable, de forma que no es necesario el lavado posterior de la zona. La temperatura de aplicación varía entre 39 y 50 °C, y se mantiene entre 15 y 20 minutos, según los objetivos deseados. Posteriormente se deja un período de reposo comprendido entre 10 y 30 minutos. Suelen realizarse ciclos de 15 o 20 días de aplicaciones diarias o en días alternos cada 6 o 12 meses (Mourelle, 2009). Este procedimiento de fisioterapia está en pleno auge entre los tratamientos estéticos y en los centros de balneoterapia y «spa».

Parches, compresas
Se utilizan para proporcionar calor en áreas corporales pequeñas. Existen diferentes variedades, entre las que destacan las compresas o parches secos, que son las más frecuentes, como geles, cereales, elementos eléctricos o mezclas químicas, y las húmedas, que son introducidas en agua y tienen un enfriamiento más rápido (Watson, 2009). En la literatura científica también se denominan hot-pack, que son bolsas de hidrocoloide que se calientan en agua caliente o al microndas. La temperatura de las compresas es de 40-42 °C y el tiempo de aplicación es de 15-20 minutos.



Almohadillas eléctricas
Se pueden considerar envolturas, que suelen ser comercializadas incluso sin prescripción sanitaria, lo cual hace que sean una de las formas de termoterapia superficial más comúnmente empleadas por el público general. Producen un calor rápido y uniforme, y tienen una forma de aplicación sencilla y cómoda, aunque de eficacia moderada (Aramburu et al, 1998). Poseen una potencia comprendida entre los 10 y los 50 watios, según el modelo. El calor se produce mediante el calentamiento de una resistencia eléctrica que se encuentra en el interior. Se presentan en forma de mantas o almohadas, o bien como modelos ajustables a la zona en la que debe aplicarse y deben estar adecuadamente aisladas. Suelen disponer de un interruptor con diferentes intensidades de calentamiento. Al mantenerse constante el nivel de temperatura existe riesgo de que se produzcan quemaduras, sobre todo si el paciente se duerme sobre ella, porque el efecto analgésico del calor puede hacer que el paciente no perciba la quemadura en el momento en el que se produce (Kottke y Lehman, 1997). Por otro lado, el peso del cuerpo sobre el mecanismo hace que la temperatura de la piel se eleve de forma importante. El tiempo recomendado de aplicación y la intensidad de calor suministrado deben ser prescritos por un especialista dependiendo de la afección y de las características personales del sujeto/paciente.

Procedimientos Termoterápicos Por Convección
Los procedimientos de termoterapia que transfieren el calor mediante este modo se caracterizan porque se realizan mediante la interposición de la región corporal que debe tratarse dentro de una corriente de convección a través de la que circula un fluido (líquido y gas).

Lavados y abluciones
Pueden definirse como los procedimientos en los que se realiza una aplicación directa de agua mediante el uso de la mano, esponja, guante, etc. (Mourelle, 2009). Son fricciones húmedas a baja presión en toda la superficie corporal o en una parte de ésta. La técnica de aplicación consiste en humedecer la zona corporal que debe tratarse con un paño de lino mojado y escurrido en agua fría entre 12 y 16 °C o en agua templada con una temperatura entre 20 y 23 °C.

Es muy importante secar al paciente después de la aplicación. Este procedimiento está muy extendido entre las técnicas de fisioterapia estética, plástica y reparadora, y en las fases de recuperación funcional de deportistas.

Para la aplicación de lavados y abluciones se necesita un paño de cualquier material que permita la aplicación con una mano, un guante o una esponja, un recipiente con agua y un termómetro. Pueden aplicarse de forma local, regional o general. Se realizan en una posición que facilite la aplicación con la mayor rapidez posible. Se moja y escurre el paño, y se aplica desde el centro hacia fuera y de manera centrípeta. Para finalizar se arropa convenientemente a la persona y se deja en reposo (Mourelle, 2009).



Afusiones o chorros sin presión
Consisten en la aplicación de un chorro de agua sin presión a modo de manto uniforme. En general se emplea agua fría (10-12 °C), templada (18-20 °C) o caliente (40-42 °C), aunque también pueden hacerse con cambios de temperatura; caliente (38 °C, durante 2 min) y frías (10-16 °C, entre 10 y 20 s) (San José, 2001). También se emplea una manguera de unos 2 cm de diámetro. Se necesitan sábanas y mantas calientes. Se aplican a una distancia de unos 20 cm y con una orientación caudal, colocando al paciente según la zona que va a tratarse. La temperatura puede ser muy variada, y se usan temperaturas de hasta 45 °C. Pueden realizarse de forma homogénea, comenzando con el agua a una temperatura indiferente y se va aumentando de manera progresiva hasta el límite de tolerancia, cuando se mantiene unos 3 o 5 minutos, o alternando con agua fría (a 10-16 °C). Cuando se realiza de manera alterna, se comienza con la aplicación caliente durante uno o 2 minutos y posteriormente se realiza la aplicación fría, que suele tener una duración de alrededor de 20 segundos. Se finaliza siempre con la aplicación fría. Para finalizar, se elimina el agua de la superficie corporal dejando la piel húmeda y posteriormente se puede realizar otra técnica terapéutica como masaje o fricción. Se
finaliza con 30 a 60 minutos de reposo (Morelle, 2009).


Sauna
Se ha empleado durante siglos en los países escandinavos y de Europa Oriental (Hüter-Becker, 2005; Morelle, 2009). La sauna consiste en un baño por convección de aire ambiental seco y caliente, con una humedad relativa del 10 al 20%. Durante la aplicación se pueden introducir golpes de vapor, alternados con enfriamientos mediante aplicaciones de agua fría o exposición al aire exterior (Blum y Blum, 2007).
Esta técnica se realiza en una habitación cerrada, forrada de madera, la cual absorbe la humedad ambiental. Sin embargo, debe poseer una adecuada ventilación, lo que significa que el aire debe ser renovado de tres a ocho veces por hora, para que no se produzca una gran concentración de humedad dentro de la sauna (Hüter-Becker, 2005).
La piel puede llegar a alcanzar una temperatura de 40 °C y el bajo grado de humedad hace que se produzca una importante evaporación del sudor, que ayuda a la buena tolerancia de esta aplicación. La sudoración suele comenzar rápidamente, pero alcanza el máximo a los 15 minutos de la aplicación. Además, algunos estudios han estimado que se puede producir una cantidad de sudoración de 0,5 g/h (Blum y Blum, 2007).

El golpe de calor se consigue al añadir agua, que se vuelca sobre las piedras del horno.
Dicha agua puede estar mezclada con pequeñas cantidades de aceite etéreo, como el eucalipto o la esencia de agujas de pino, que ayudan a crear un ambiente fresco y favorecedor de la respiración.
Con ello se produce una rápida evaporación y un aumento bastante notable de la humedad del aire de la estancia.

Este procedimiento es recomendable aplicarlo en dos o tres sesiones semanales, con una duración total comprendida entre una y 2 horas, en aplicaciones de unos 10 minutos, no superando los 15 minutos (Mourelle, 2009). Se debe realizar 2 horas después de la última ingesta de comida y esperar al menos una hora para comer después de su aplicación. No se deben tomar previamente bebidas alcohólicas. Además, se aconseja evacuar el intestino y la vejiga antes de la aplicación. Por lo general en la sauna debe haber una temperatura de unos 40 °C en el aire que se encuentra en la parte inferior de la estancia y de aproximadamente 100 °C a la altura del techo.

Métodos Por Conversión
Corrientes de alta frecuencia



Onda corta
Se basa en la aplicación de ondas electromagnéticas a los tejidos con un fin terapéutico. Es una corriente de alta frecuencia, con una frecuencia aprobada para el uso médico de 27,12 MHz (Albornoz y Maya, 2008). El uso terapéutico de la onda corta se fundamenta principalmente en que las ondas son absorbidas de forma selectiva por los tejidos con mayor contenido en agua, de forma que se puede obtener un efecto específico sobre tejidos blandos, y un menor calentamiento en tejidos como el hueso (Rodríguez, 2000).

Existen diferentes tipos de aplicaciones de onda corta, como el método capacitativo y el método inductivo. En el primero prevalecen el campo eléctrico y los efectos térmicos y en el segundo, el campo magnético y los efectos biológicos (Albornoz y Maya, 2008).
Los métodos de aplicación, así como todas las características técnicas, superan el fin de esta obra y los procedimientos generales de fisioterapia.


Microondas
Pertenecen al grupo de la electroterapia de alta frecuencia. El tratamiento mediante la aplicación de microondas está basado en la absorción de oscilaciones electromagnéticas, que se encuentran en la gama de frecuencias de 2.450 MHz (Albornoz y Maya, 2008).
Su uso está muy extendido en los servicios de fisioterapia clínica, principalmente hospitalarios.
Las microondas producen un calentamiento mayor en el tejido graso que en el músculo (Cameron, 2009), a diferencia de la onda corta, que lo hace que sean más adecuadas para su aplicación en tejidos que se encuentran más próximos a la piel. Estas corrientes poseen un gran abanico de aplicaciones y producen una sensación de calor agradable en el paciente. Al igual que las aplicaciones de onda corta, no se abordan en esta obra por exceder las competencias de los procedimientos generales de fisioterapia



Ultrasonidos
Son ondas mecánicas de naturaleza sonora que requieren de un medio para su transmisión.
Actúan mediante compresiones y dilataciones periódicas de los tejidos (Aramburun et al, 1998), produciendo vibraciones mecánicas de gran frecuencia, que dan como resultado la producción de calor. La absorción de energía ultrasónica por parte de los tejidos es exponencial, lo cual significa que se absorbe menos energía en los tejidos profundos que en los superficiales (Lehmann y Lateur, 1999). Generalmente los tejidos más ricos en proteínas absorben los ultrasonidos en mayor medida que los que tienen mayor contenido de agua y menos proteínas, como el tejido graso y la sangre (Watson, 2009). Este procedimiento no se describe entre las competencias de esta obra, pues excede sus objetivos.



Radiación
Radiación infrarroja
La radiación infrarroja se considera un agente térmico superficial perteneciente a los procedimientos
de fototerapia.


Indicaciones
Al igual que con cualquier otro medio terapéutico, previamente a cualquier aplicación es necesario
establecer un diagnóstico preciso, a partir del cual se marcan los objetivos, las técnicas y los parámetros de aplicación adecuados.

La termoterapia suele aplicarse en procesos subagudos y crónicos como:
• Enfermedades del aparato locomotor subagudas y crónicas, fundamentalmente contusiones, artritis, artrosis, esguinces, mialgias, etc.
• Alteraciones o enfermedades del sistema nervioso: neuralgias, neuritis, poliomielitis, hemiplejía, espasmos musculares de origen nervioso, etc.
• Trastornos funcionales y orgánicos del riego sanguíneo periférico (aplicaciones indirectas).
• Trastornos del aparato digestivo: espasmódicos abdominales, cólicos biliares, etc.
• Procesos subagudos y crónicos del suelo pélvico.
Contraindicacio nes

Debido a la gran cantidad de aplicaciones, existen numerosas contraindicaciones generales y
específicas. En este capítulo nos centraremos en las contraindicaciones generales (Apolo et al,
2006; Watson, 2009):
• Procesos inflamatorios agudos.
• Hemorragias.
• Estados febriles.
• Procesos inflamatorios agudos.
• Estados agudos postraumáticos.
• Procesos infecciosos agudos.
• Tromboflebitis y trombosis.
• Tumores malignos.
• Insuficiencia coronaria, cardíaca e hipertensión.
• Insuficiencias orgánicas graves o en períodos de descompensación (p. ej., diabetes grave y mal controlada).
• Enfermos terminales.
• Insuficiencia de retorno venoso y varices en miembros inferiores.

Actividad realiza un cuadro comparativo de los diferentes metodos de termoterapia.

Medicina del deporte Hipotermia, signos y sintomas, factores predisponentes.

Hipotermia generalizada
Cuando el enfriamiento afecta a todo el organismo se desarrolla un problema conocido como hipotermia, o enfriamiento generalizado. La exposición al frío reduce el calor corporal. Al pasar el tiempo, el organismo es incapaz de mantener una temperatura central (interna) apropiada. Si se permite que este enfriamiento continúe, la hipotermia conduce a la muerte.

Factores predisponentes
Los pacientes con lesiones, enfermedad crónica o ciertas condiciones sufren los efectos del frío con
mucha mayor rapidez que las personas saludables. Entre estas afecciones figura el estado de choque
(hipoperfusión), las quemaduras, las lesiones en cabeza y médula espinal, la infección generalizada, y la diabetes con hipoglucemia. Los pacientes bajo la infl uencia del alcohol u otras drogas también tienden a afectarse con más rapidez y en mayor grado que otros. El paciente inconsciente que está acostado sobre el piso frío o alguna otra superfi cie fría es en particular sensible a la pérdida rápida de calor por conducción, y tiende a desarrollar problemas más graves relacionados con el frío respecto de aquel que está consciente y puede caminar.

Debe considerarse la posibilidad de que exista hipotermia en las situaciones siguientes, en las cuales otras condiciones o lesiones pueden ser más evidentes:
• Ingestión de alcohol (etanol). ¿Quedó inconsciente el paciente intoxicado sobre un piso frío o ha estado deambulando en exteriores en un clima fresco o frío?
• Enfermedad subyacente. ¿Padece el paciente un trastorno circulatorio o alguna otra afección que lo haga en particular susceptible al frío?
• Sobredosifi cación o envenenamiento. ¿Ha estado el paciente recostado en una cochera o en un piso frío? ¿Está sudando con intensidad en un ambiente frío, de tal modo que la evaporación
produce pérdida excesiva de calor?
• Traumatismo mayor. ¿Ha estado el paciente acostado en el suelo o atrapado por un accidente en el clima frío? ¿Impide el estado de choque (hipoperfusión o circulación sanguínea inadecuada) que las estructuras del organismo se calienten por medio de la sangre circulante?
• Reanimación en exteriores. ¿Se está enfriando demasiado el paciente? Si se trata de un paciente que sufrió ahogamiento y se ha mantenido en el agua, ¿causó hipotermia la exposición al agua fría?
• Disminución de la temperatura ambiental (p. ej., temperatura en una habitación). ¿Habita el paciente una casa o un departamento demasiado frío?

El listado siguiente muestra los signos y síntomas frecuentes de la hipotermia. Obsérvese que el deterioro del estado mental y la función motora se correlaciona con el grado de hipotermia:
• Estremecimiento en las fases tempranas, cuando la temperatura corporal central es superior a 32.2°C. En los casos graves, el estremecimiento disminuye o desaparece
• Adormecimiento, o disminución o pérdida de la sensibilidad al tacto
• Postura rígida en exposición prolongada
• Somnolencia, falta de disposición o incapacidad para realizar las actividades más simples. En la
exposición prolongada, el paciente puede mostrarse irracional, caer en un estado estuporoso o en
realidad despojarse de la ropa
• Respiración y pulso rápidos en las fases tempranas, y respiración y pulso lentos o ausentes en la
exposición prolongada. (El pulso y la respiración lentos del paciente pueden hacer necesario invertir
por lo menos 30 a 45 seg para valorarlos.) La presión arterial puede ser baja o indetectable
• Pérdida de la coordinación motora, como equilibrio defi ciente, marcha tambaleante o incapacidad
para sostener las cosas
• Rigidez articular o muscular
• Disminución del nivel de conciencia o inconsciencia. En casos extremos, el paciente tiene una
“mirada vidriosa”
• Temperatura baja en la piel abdominal. (Hay que colocar la mano por dentro de la ropa, con el
dorso contra el abdomen.)
• La piel puede parecer eritematosa en las fases tempranas. En los casos avanzados, la piel se observa
pálida o cianótica. En los casos más extremos algunas regiones del organismo se encuentran rígidas
e induradas (congeladas)

Actividad realiza un collage con imagenes de signos y sintomas de la hipotermia.

lunes, 8 de enero de 2018

Terapia intensiva Alarmas del ventilador.

Alarmas del ventilador Los ventiladores mecánicos disponen de una serie de alarmas, cuyo objetivo es alertar al personal sobre la existencia de problemas en el sistema paciente-ventilador, lo cual constituye una importante medida de seguridad para el paciente. Las alarmas deben ajustarse a un nivel de sensibilidad que permita detectar fácilmente la aparición de sucesos críticos en el paciente, el ventilador y el circuito ventilatorio, pero al mismo tiempo debe impedir su activación indiscriminada ante situaciones no reales o de escasa importancia (falsas alarmas). 

La American Association for Respiratory Care ha clasificado las alarmas en tres niveles de prioridad, según la gravedad de la situación.

1.- Amenaza vital: Fallo de la alimentacion electrica, Interrupcion de los gases medicinales, Averia de la valvula espiratoria, Aporte excesivo de gas al paciente, Fallo del ciclado del ventilador.

2.- Amenaza vital potencial: Fuga del circuito ventilatorio, Mal funcionamiento del mezclador aire-oxigeno, Autociclado, Relacion I:E inapropiada.
3.- Peligro potenial: Cambio en la mecanica pulmonar, Precencia de la auto-PEEP.

En general, los ventiladores poseen dos tipos de alarmas: unas no ajustables, que se activan en caso de mala función del ventilador, avería de la válvula espiratoria, fallo de la fuente de gases presurizados o interrupción de la alimentación eléctrica, y otras programables en relación con la entrega de los gases al paciente. Las alarmas esenciales (véase la tabla 7) que deben ajustarse al inicio de la ventilación mecánica son las de presión inspiratoria, volumen espirado (circulante y minuto), FR, FIO2 y apnea:

• Presión de la vía aérea. La alarma de presión inspiratoria máxima suele establecerse en 10 cm H2O por encima de la presión pico de la vía aérea, y cuando se alcanza este límite finaliza la inspiración. Suele activarse en caso de tos, secreciones abundantes, reducción de la distensibilidad pulmonar o acodamiento del tubo endotraqueal o del circuito ventilatorio. La alarma de presión inspiratoria mínima se programa habitualmente en 5 a 10 cm H2O por debajo de la presión pico de la vía aérea, y su activación es indicativa de desconexión o presencia de fugas en el circuito ventilatorio.

• Volumen espirado. Con frecuencia hay alarmas separadas para valores altos y bajos del volumen minuto y del volumen exhalado. Los límites se establecen un 10 % a un 15 % por encima y por debajo del volumen prefijado.

• Frecuencia respiratoria. Dado que la taquipnea es un signo de trabajo respiratorio excesivo, debe ajustarse un límite de frecuencia respiratoria alta (> 35 resp/min), sobre todo si utiliza una modalidad de respiración espontánea.

• Fracción inspirada de oxígeno. Para poder detectar averías en el mezclador de gases o problemas con la célula de oxígeno es útil poder fijar un intervalo de posible variación de la FIO2 en torno a un 5 % por encima y por debajo del nivel ajustado.

• Apnea. En las modalidades de respiración espontánea es importante disponer de una alarma de apnea, que suele prefijarse como el intervalo de tiempo que transcurre entre dos ciclos respiratorios consecutivos, es decir, el periodo de apnea sería mayor que el TTOT y menor que 2 × TTOT, habitualmente 20 s. En el momento en que el paciente dejara de respirar, la activación de la alarma de apnea provocaría el cambio a ventilación asistida-controlada, y se permanecería en ese modo hasta que la alarma se repusiera manualmente o se seleccionara otra forma de ventilación. Esta ventilación de respaldo o de apnea suele programarse con un volumen circulante de 8 a 10 ml/kg, una FR de 8 a 12 resp/min y un alto porcentaje de oxígeno (80-100 %).

• Otras alarmas. Algunos ventiladores disponen además de alarmas que notifican la inversión de la relación I:E (TI menos de la mitad del TTOT) o la mala programación de algunos parámetros ventilatorios.
Alarma                                                                   Programacion
 Presion de la via aerea:                                        
Maxima presion inspiratoria                                  10cm H2O >Presion pico.
Minima presion inspiratoria                                   5-10cm H2O<Presion pico.
Minima PEEP                                                         2-5cmh2o<PEEP

Volumen espirado:
 Volumen minuto                                                   10-15% > y < Volumen minuto
 Volumen circulante                                               10-15%>y<Volumen circundante

Frecuencia respiratoria                                           >35respiraciones/minuto

Fraccion inspiratoria de oxigeno                           5%>y<FIO2

Apnea                                                                    20s.

Terapia intensiva Valoracion primaria y secundaria de la enfermedad traumatica grave

Atención con diferente respuesta
         triaje - clasificación

 Trauma leve
 Especialistas

Potencialmente grave
Respuesta bajo nivel:
• 1 médico
• 1 enfermera

 Trauma grave
Respuesta alto nivel:
• 2 médicos
• 2 enfermeras
• 1 auxiliar
• 2 celadores
especialistas

La movilización de los pacientes debe realizarse en bloque, de forma coordinada y dirigida, y siempre buscando reducir al mínimo el dolor y la exposición innecesaria del paciente, tanto para evitar la pérdida de calor como por dignidad del mismo, aunque permitiendo una valoración de las lesiones que pueda presentar (valoración de las posibles lesiones en la espalda en este momento). Se debe emplear todo el aparataje que sea necesario según las lesiones que presente, pero sin olvidar en ningún caso el collarín cervical y la cuchara de traslado.













La exploración inicial va dirigida a identificar e iniciar el tratamiento de todas las lesiones que representen un riesgo inminente para la vida del paciente:
● obstrucción de las vías respiratorias
● neumotórax a tensión
● taponamiento cardíaco
● hemorragia masiva

Los elementos fundamentales de la exploración primaria se muestran a continuación.

Clasificación ABCDE
A: Vía aérea con control de la columna cervical
B: Respiración y ventilación
C: Circulación con control de hemorragia
D: Déficit neurológico
E: Exposición (desvestir) y entorno (control de temperatura)

Vías respiratorias (con control medular cervical)
Evalúe el estado de las vías respiratorias. Despeje las vías respiratorias altas mediante la aspiración y unas maniobras sencillas y suministre oxígeno al 100% con una mascarilla y una bolsa de ambú.
Si es necesario, asegure las vías respiratorias mediante la intubación o una cricotiroidotomía, dependiendo de la situación clínica y del grado de urgencia.

Indicaciones de intubación orotraqueal
Indicación urgente
• Apnea
• Signos de obstrucción de la vía aérea, gran trabajo respiratorio
• Hipoxemia grave a pesar de oxigenoterapia
• Escala del coma de Glasgow < 8
• Parada cardiorrespiratoria
• Shock hemorrágico
• Agitación extrema no controlada
• Sospecha de edema severo en quemados

Indicación no urgente
• Traumatismo maxilofacial inferior
• Traumatismo en cuello con fractura de laringe o tráquea
• Tórax inestable o dificultad en la ventilación por dolor torácico o imposibilidad para expulsar secreciones
• Hematoma en expansión a nivel cervical
• Inestabilidad hemodinámica progresiva

Respiración
Recurra a la ventilación asistida si es necesario. Descubra el tórax y evalúe la respiración. Identifique y trate cualquier alteración que pueda hacer peligrar la vida del paciente, como un tórax hundido, una herida abierta, un neumotórax a tensión o un hemotórax masivo.


Es muy importante una reevaluación frecuente. Para el control de la vía aérea la técnica de elección es la intubación orotraqueal convencional, aunque hay que tener en cuenta otros dispositivos, como son la mascarilla laríngea o el Airtraq® o incluso la realización de cricotiroidotomía o traqueostomía si fuera necesario. Durante el aislamiento de la vía aérea se debe retirar el collarín cervical (no retirar de forma definitiva hasta descartar la presencia de lesiones) realizándose, simultáneamente, una inmovilización cervical manual por parte de un miembro del equipo de atención (presumiblemente la enfermera A). 
Circulación
● Detenga las hemorragias importantes mediante compresión directa.
● Compruebe la circulación; en concreto, la frecuencia del pulso, la
presión arterial y el llenado capilar.
● Coloque dos cánulas intravenosas periféricas de calibre 14 G. Si no es posible, canule las venas yugular interna o femoral, o considere la posibilidad de venosección (p. ej., vena safena). De acuerdo con la doctrina del SVTA, las líneas de presión venosa central (PVC) se utilizan para monitorizar al
paciente y no para reanimarlo. Adapte su práctica personal en función de los protocolos locales, del equipo disponible y de su experiencia.
● Envíe una muestra de sangre para las pruebas de compatibilidad cruzada.
● Inicie la reanimación con fluidos con 2-3 l de cristaloides. Si persisten las necesidades de líquidos, continúe con sangre/hemoderivados. El uso de coloides en estos casos es motivo de controversia; cada vez hay más pruebas que parecen indicar que pueden favorecer las hemorragias. Es preferible
utilizar sangre cruzada, aunque se puede usar sangre del mismo grupo o sangre 0 negativa no compatible, dependiendo de las circunstancias.
● Si no consigue restablecer la perfusión con líquidos, considere la
posibilidad de administrar una infusión de adrenalina (epinefrina).





Discapacidad (evaluación neurológica)
● Evalúe el grado de conciencia y el tamaño de las pupilas, y documente cualquier déficit neurológico evidente. Una puntuación decreciente o inferior a 8 en la Glasgow Coma Scale (GCS) constituye una indicación para la intubación y la ventilación. (V. «Tratamiento inmediato de lesiones cerebrales traumáticas)


Reevaluación
● Evalúe nuevamente los apartados anteriores para comprobar que el paciente se mantiene estable y responde adecuadamente al tratamiento antes de proceder a la exploración secundaria.

Pruebas rutinarias
  •  Recuento hematologico completo.
  • Urea y electrólitos, glucosa
  • Gasometría arterial.
  • (Prueba de embarazo)
  • ECG
  • Radiografía lateral de columna
    cervical.
  • Radiografía torácica
    Radiografía pélvica
    Orina (tiras reactivas)
Monitorizacion.
  • ECG 
  • Presion arterial (Invasiva y no invasiva)
  • Oximetria de pulso.
  • PVC (Presion venosa central)
  • Excresion urinaria.
 Exposición y exploración secundaria
Una vez que haya completado la exploración inicial y el paciente se haya estabilizado, asegúrese de establecer la monitorización adecuada y organizar las pruebas necesarias confirme que se ha obtenido una correcta anamnesis. Esta deberá incluir como mínimo los antecedentes médicos del paciente, la farmacoterapia, las alergias, el tiempo transcurrido desde la última comida y el mecanismo de la lesión. Este último es especialmente importante, ya que aporta pistas esenciales para poder determinar las lesiones que pueda haber sufrido el paciente.

● Descubra completamente al paciente, tomando las medidas necesarias para prevenir la hipotermia.
● Examine sistemáticamente al paciente de la cabeza a los pies, buscando otras posibles lesiones.
● Dé la vuelta al paciente para explorar la espalda y la columna, y realice las exploraciones rectales y vaginales pertinentes.
● Si no están contraindicadas, puede introducir una sonda urinaria y una sonda nasogástrica (NG).

Una vez completadas la reanimación, la estabilización y la reevaluación del paciente, se puede proceder a planificar su tratamiento posterior, que puede incluir una intervención quirúrgica inmediata para las lesiones que ponen en peligro la vida, u otras pruebas como la ecografía o la tomografía computarizada (TC).
Cada vez se recurre con más frecuencia a la ecografía para identificar la presencia de líquido libre (sangre) en los espacios peritoneal, pleural y pericárdico. A este respecto, su utilidad radica en la posibilidad de identificar un problema (p. ej., presencia de líquido peritoneal) más que de establecer el diagnóstico definitivo (p. ej., rotura esplénica). Actualmente despierta mucho interés la posibilidad de utilizar las ecografías «enfocadas» en el trauma, fáciles de aprender y de realizar por personal no especializado
Actualmente, en muchos centros importantes se realizan rutinariamente TAC de tórax, abdomen, cabeza y columna a todos los pacientes con antecedentes importantes de traumatismos mayores.

Gracias a la rapidez de las técnicas modernas, cada vez se utilizan más estos métodos para mejorar la asistencia de estos pacientes tan vulnerables; y a menudo se identifican lesiones ocultas.

Tratamiento En Cuidados Intensivos Frecuentemente, a los pacientes con lesiones múltiples hay que transferirlos a la unidad de cuidados intensivos (UCI) después de la reanimación inicial, la estabilización y la cirugía. La asistencia de un paciente politraumatizado es prácticamente la misma que la de cualquier otro paciente ingresado en la UCI. Por su propia naturaleza, los traumatismos múltiples constituyen un trastorno multisistémico, más que un conjunto de lesiones aisladas. El tratamiento es de apoyo en la mayoría de los casos, e incluye las intervenciones pertinentes para los problemas que vayan surgiendo.

Actividad realiza una sintensis con los conceptos mas importantes.



jueves, 4 de enero de 2018

Terapia intensiva Ventilacion mecanica,Peep, Tipos de programacion.

 CONCEPTOS IMPORTANTES.
 
Los parámetros programables en la ventilación controlada por volumen (VCV) son el volumen minuto (volumen circulante y frecuencia respiratoria), el nivel de sensibilidad, el flujo inspiratorio, el patrón de flujo, la relación inspiración:espiración, la pausa inspiratoria, la fracción inspirada de oxígeno y la PEEP. En la ventilación controlada por presión (VCP), los parámetros a programar son la presión inspiratoria, el tiempo inspiratorio, la frecuencia respiratoria, el nivel de sensibilidad, la relación inspiración:espiración, la fracción inspirada de oxígeno y el nivel de PEEP. En la tabla 5 se describen los valores de partida de los parámetros ventilatorios.
  
Presión positiva al final de la espiración (Peep) por sus siglas en ingles.
En condiciones normales de ventilación mecánica, en cada ciclo respiratorio la presión en la vía aérea alcanza un valor cero al final de la espiración igualandose la presión alveolar con la presión atmosférica. Sin embargo, en determinadas circunstancias patológicas (edema alveolar cardiogénico o edema agudo de pulmón, edema alveolar no cardiogénico o SDRA) que cursan con disminución de la Capacidad Residual Funcional (CRF) conviene que la presión al final de la espiración se mantenga positiva lo que previene el colapso alveolar aumentando el número de alveolos que intervienen en el proceso de difusión gaseosa alveolo-capilar.

La Peep produce efectos beneficiosos y también perjudiciales:
 Beneficiosos:
o Aumento de la Capacidad Residual Funcional (CRF). La CRF consiste en el volumen de aire que permanece en el pulmón después de una espiración normal. Su valor disminuye en determinadas patologías hasta alcanzar un valor mínimo (denominado Volumen de Cierre) por debajo del cual se produce cierre precoz de la vía aérea y colapso alveolar, lo que produce hipoxemia. La aplicación de PEEP, al aumentar el volumen pulmonar, permite situar la CRF > Volumen de Cierre, reclutando alveolos colapsados y mejorando la ventilación.

Esto produce mejoría de la compliancia {La compliancia es la distensibilidad (propiedad que permite el alargamiento o distensión de una estructura) pulmonar determinada por su cambio de volumen con la presión.} Su medición puede ser útil en fisiopatología respiratoria para intentar detectar precozmente diversas enfermedades. pulmonar y disminución del cortocircuito. Este efecto es mas manifiesto en pulmones con V/Q (La relación entre ventilación y perfusión) bajo (mal ventilados y bien perfundidos, que no responden a altas Fi02)

Fio2 es el porcentaje del oxígeno inspirado que recibe el paciente. El FiO2 es la porción de O2 que se encuentra contenida en el gas que se suministra.

Redistribución del agua extravascular
 Facilita el movimiento del H20 extravascular desde el espacio menos distensible (entre el endotelio y el alveolo) hasta el espacio mas distensible (espacio peribronquial y perihiliar) donde no interfiere con el proceso de difusión gaseosa.

 Inconvenientes:
 Incremento de la presión intratorácica con disminución del retorno venoso (disminución de la
precarga del ventrículo derecho) y aumento de la resistencia vascular pulmonar ( aumento de la
postcarga del ventrículo derecho)
 Estos efectos hemodinámicas puede conducir a una reducción del gasto cardiaco e hipotensión.

Ventilación espontánea con presión positiva continua (CPAP)
Es el efecto equivalente a la Peep en el paciente que está ventilando espontáneamente. Tiene sus
mismos efectos beneficiosos y perjudiciales. El paciente respira mediante una mascarilla orofacial,
conectada al ventilador mediante un circuito, que se ajusta completamente a la cara para evitar la pérdida de presión positiva en la vía aérea por lo que no siempre es bien tolerada.

Asistencia ventilatoria
En la mayoría de los casos, los pacientes anestesiados con anestesia general son desconectados de
la ventilación mecánica al final de la intervención, una vez que ha desaparecido el efecto del fármaco
hipnótico y del relajante muscular, lo que permite la extubación de forma rápida. Sin embargo, en pacientes que han estado conectados durante largo tiempo a ventilación mecánica (días o semanas) el proceso de desconexión es lento y progresivo.

Este hecho se produce por varias razones (acumulación de fármacos hipnóticos en compartimentos periféricos profundos del que se libera lentamente, atrofia de musculatura respiratoria, acumulación de secreciones en parénquima pulmonar, etc.). En estos casos el proceso requiere que el ventilador reconozca los esfuerzos inspiratorios del paciente para hacerlo coincidir con la fase inspiratoria del ciclo respiratorio. Esta sincronización se realiza porque el ventilador consta de un sensor de presión o de flujo que detecta un esfuerzo inspiratorio mínimo establecido (trigger) {es el nivel de sensibilidad apropiado} para evitar la interferencia de movimientos no respiratorios. Tras alcanzar el esfuerzo inspiratorio trigger el ventilador inicia un ciclo respiratorio.

VENTILACIÓN MECÁNICA

Indicaciones
- Apnea
o Paciente anestesiado
o Paciente paralizado (farmacológico o neurológico)

- Insuficiencia ventilatoria establecida
o Hipoxemia {La hipoxemia es una disminución anormal de la presión parcial de oxígeno en la sangre arteria} (pO2 < 50 mm Hg) no corregible con FiO2 de 0,5
Valoración de la hipoxemia
- Indice Pa02/Fi02:
Normal > 300
 Leve 225-200
 Moderada 175-2225
 Grave 100-175
 Muy grave < 100
 Hipercapnia {Hipercapnia es un término médico que designa la elevación anormal en la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la sangre arterial}      (pCO2 > 55 mm Hg) aguda
 Acidosis respiratoria aguda (pH < 7,2)
 Frecuencia respiratoria > 35 rpm
 Capacidad vital < 15 ml/kg

 Fracaso ventilatorio inminente
 Fatiga respiratoria multifactorial:
 Fracaso cardiaco
 Fracaso respiratorio (atelectasia es el colapso de una parte o, con menor frecuencia, de todo el pulmón.), neumonía, asma, inestabilidad pared torácica)
 Agitación, falta de colaboración, necesidad de sedación, mal estado general
 Fracaso o disfunción multiorgánica

Un ventilador (o respirador) permite sustituir la función ventilatoria del paciente aportando de forma
periódica un flujo prefijado de gas fresco de forma activa (fase inspiratoria) y permitiendo pasivamente la evacuación del gas espirado (fase espiratoria). La evolución tecnológica de los ventiladores se ha favorecido por el notable desarrollo de la informática médica que permite que los actuales ventiladores interaccionen con el paciente, analicen sus características y necesidades y adecuen el sistema ventilatorio a sus peculiaridades.

Fundamento
En su concepción mas sencilla el ventilador administra un volumen predeterminado (Vt) con una
frecuencia conocida (FR) a una FiO2 variable (desde 0,21 a 1). Este tipo de ventiladores se denominan Volumétricos porque siempre aseguran la entrega del Vt predeterminado aunque en pacientes con resistencia bronquial aumentada o disminución de la complianza alveolar esto implique alcanzar presiones elevadas en la vía aérea. Precisamente, para evitar la posibilidad de barotráuma, estos aparatos disponen de sensores de presión en la vía inspiratoria que interrumpen la fase inspiratoria cuando esta alcanza un nivel prefijado (presión inspiratoria máxima, Pmax) lo que evita daño pero conduce a hipoventilación. En un nivel mayor de progreso, los ventiladores modernos son capaces de modificar el flujo de entrada del gas durante la fase inspiratoria (aumentandolo o disminuyendolo) para evitar sobrepasar la Pmax asegurando la entregadel Vt y evitando el barotrauma.

 Tipos de Ventilación
Se observa, por tanto, que claramente se pueden diferenciar dos formas de ventilación:
1.- Ventilación Controlada por Volumen.
En este modo se debe seleccionar el valor de Vt(Volumen total), FR (Frecuencia respiratoria), FiO2 y Pmax (habitualmente 700 ml, 10
rpm, 0.4, 25 cm H20). Lo que quiere decir que el paciente recibirá 700 ml de la mezcla gaseosa
de oxígeno al 40% diez veces por minuto y con un límite máximo de presión de 25 cm H2O).
Cada ciclo respiratorio (inspiración + espiración) dura 6 segundos y lo habitual es que la
inspiración (I) consuma 2 segundos y la espiración (E) 4 segundos (relación I/E habitual 1:2). En pacientes sin patología bronquial o parenquimatosa (baja resistencia y elevada complianza)
normalmente no se alcanza la Pmax (presión habitual 12-18 cm H2O) por lo que casi siempre se
asegura el Vt prefijado.
Es el modo ventilatorio mas utilizado durante la aplicación de la anestesia general o traslado de
enfermo crítico y requiere sedación y conexión del ventilador a un dispositivo de control de vía
aérea (TE, MLA)
 2.-Ventilación Controlada por Presión. En este modo se selecciona el valor de FR, FiO2 y Pmax (habitualmente 10 rpm, 0.4, 20 cm H20). En este caso el Vt no se prefija ya que cada paciente tendrá su propio Vt dependiendo de
la resistencia bronquial y complianza pulmonar. En este modo ventilatorio la presión inspiratoria
sube desde el primer momento al valor prefijado (en este caso 20 cm H2O) estableciendose un flujo de gas desde el ventilador hasta el alveolo que es máximo al principio de la inspiración y va
disminuyendo de forma progresiva hasta que se igualan las presiones ventilador-alveolo o concluye el tiempo inspiratorio.
 Al igual que en el caso anterior la relación I/E es 1:2. En pacientes sin patología bronquial o parenquimatosa (baja resistencia y elevada complianza) se puede alcanzar un elevado (Volumen total) Vt (superior a 1500 ml) por lo que la Pmax debe ser ajustada de forma individual para alcanzar el Vt deseado.
Este modo ventilatorio se utiliza habitualmente en pacientes con patología bronquial o parenquimatosa para asegurar un mínimo Vt con la menor presión inspiratoria posible.


Actividad realiza un mapa conceptual del tema.

martes, 2 de enero de 2018

Aplicacion simultanea de vacunas. Comunitaria 1

Se define a la aplicacion simultánea de vacunas al procedimiento técnico que consiste en aplicar a un niño o niña dos o más vacunas en una sola visita a la unidad de salud o puesto de vacunación o por personal de salud en una visita domiciliaria, según las dosis que le correspondan para su edad.

Las vacunas elaboradas con microorganismos vivos atenuados: vacunas antirrotavirus, sabin y triple viral (SRP) o doble viral (SR) se pueden aplicar simultáneamente. Si esto no se realiza así, y se aplica primero la vacuna triple viral o la doble viral, el lapso de espera será de cuatro semanas para la aplicación de cualquier otra vacuna.

La vacuna recombinante contra hepatitis B, y las elaboradas con microorganismos muertos o inactivados como son las vacunas pentavalente acelular, antiinfluenza y antineumocóccica heptavalente, se pueden aplicar simultáneamente o con cualquier intervalo entre éstas o con las elaboradas mediante microorganismos vivos atenuados.

Para la aplicación de dos vacunas en el mismo muslo, las punciones deberán tener una distancia mínima de 2.5 cm entre una y otra.

En los menores de 18 meses de edad, no se recomienda la aplicación de biológicos en el músculo deltoides (Exeptuando BCG que se aplica intradermica), dado que no cuentan con suficiente masa muscular que permita la absorción de los inmunógenos, además de que pueden ser lesionados al no distinguirse completamente el músculo mencionado.

Debido a que aumentará el número de punciones que recibirá un niño en cada visita a la unidad de salud, existe la posibilidad de rechazo a la aplicación por parte del responsable del niño, si no recibe una explicación previa adecuada, por lo que se deberán reforzar las estrategias para la capacitación a la población en materia de vacunación.

El personal vacunador deberá fortalecer las medidas para una inyección segura, siendo indispensable disponer de los insumos necesarios.

Ginecologia y Obstetricia, Parto extra hospitalario

Actuación in situ Siempre que sea posible trasladaremos a la gestante a un centro hospitalario para que se produzca allí el nacimiento, per...